Brian O’Driscoll

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Durante quince años, Brian O’Driscoll fue el rostro del rugby irlandés: líder de una generación dorada, referencia técnica en el centro y figura clave en el salto de Irlanda de equipo irregular a potencia del hemisferio norte.

Para muchos, Brian O’Driscoll es el jugador más influyente de la historia del rugby irlandés. Sus números sostienen esa impresión: 141 test matches (133 con Irlanda y 8 con los British & Irish Lions), 47 ensayos internacionales y el récord absoluto de 26 tries en el Seis Naciones, además de ser durante años el internacional más veces alineado en la historia del juego.

Pero su importancia va más allá de las estadísticas. O’Driscoll fue el símbolo de una Irlanda que dejó de conformarse con competir para empezar a vivir con naturalidad la idea de ganar a las grandes potencias. Su figura unió una generación histórica y se convirtió en el puente entre la Irlanda irregular de los 90 y la selección que, ya en la era profesional, se acostumbró a pelear por títulos.


Forjando al centro moderno

Brian Gerald O’Driscoll nació el 21 de enero de 1979 en Dublín, en una familia con tradición rugbística: su padre y su tío habían jugado en primera línea. En el Blackrock College, uno de los grandes viveros del rugby irlandés, empezó a destacar por una combinación poco habitual: velocidad en espacios cortos, lectura del juego, placaje fiable y una gran capacidad para encontrar líneas de carrera pese a no ser un tres cuartos especialmente corpulento.

Su progresión fue rápida. Tras pasar por las categorías inferiores de Irlanda –fue campeón del mundo sub-19 en 1998–, debutó con la selección absoluta en 1999, frente a Australia. Pronto quedó claro que no era un centro más: entendía el juego con una madurez poco común para su edad y ofrecía algo que Irlanda necesitaba desde hacía tiempo, un jugador capaz de decidir partidos por sí mismo.


París 2000: el día que nació un icono

El rugby europeo descubrió realmente a O’Driscoll en el Cinco Naciones de 2000, en el Francia–Irlanda disputado en el Stade de France. Aquella tarde firmó un hat-trick en la victoria irlandesa por 27–25, la primera de Irlanda en París en 28 años.

Ese partido fue un punto de inflexión por varios motivos:

  • Demostró que Irlanda podía ganar fuera a una gran potencia en un escenario hostil.
  • Presentó a O’Driscoll como un centro completo: velocidad, timing en los apoyos, lectura del espacio y sangre fría en los momentos clave.
  • Marcó el inicio de su transformación de joven talento a referente internacional del torneo.

Desde entonces, su papel en el equipo creció de forma constante. En la década siguiente se convirtió en el jugador alrededor del cual se construía el plan de Irlanda en ataque y defensa, y en una de las grandes figuras del Seis Naciones: fue elegido Jugador del Torneo en 2006, 2007 y 2009.


Capitán y líder de una generación dorada

En 2003, O’Driscoll asumió la capitanía de Irlanda, un rol que mantuvo hasta 2012. Bajo su liderazgo, la selección dio un salto de estabilidad:

  • Logró cuatro Triple Crowns (2004, 2006, 2007 y 2009), algo inédito hasta entonces en la era profesional.
  • Pasó de ser un equipo irregular a convertirse en un rival constante para Inglaterra y Francia en la lucha por el título.

Su forma de liderar fue más de ejemplo que de discurso: placajes decisivos, balones recuperados en el suelo, apoyo constante al portador y una notable disciplina táctica. Crónicas de medios como The Irish Times y The Guardian subrayan que, además de los ensayos, su influencia se notaba en cómo elevaba el nivel de compañeros como Paul O’Connell, Ronan O’Gara, Gordon D’Arcy o Rob Kearney.

En paralelo, con Leinster, O’Driscoll se convirtió también en referencia del rugby de clubs europeo, ganando varias Heineken Cups en 2009, 2011 y 2012.


Cardiff 2009: el Grand Slam que cambió la historia

El punto culminante de su etapa como capitán llegó en el Seis Naciones 2009. Irlanda encadenó victorias ante Francia, Italia, Inglaterra y Escocia, y se presentó en Cardiff con la posibilidad de conquistar su primer Grand Slam desde 1948.

En ese torneo, O’Driscoll marcó ensayos clave y volvió a ser elegido Jugador del Campeonato. El partido decisivo, Gales 15–17 Irlanda, se resolvió con un ensayo suyo y un drop de Ronan O’Gara, antes de que un golpe de castigo lejano de Stephen Jones rozara el título para los galeses.

El pitido final aseguró el Grand Slam y cerró seis décadas de espera. Para muchos analistas, aquel momento confirmó definitivamente a O’Driscoll como el gran líder de la era profesional en el rugby irlandés: no solo por lo que jugaba, sino por lo que significaba vertebrando esa generación.


British & Irish Lions: brillo, lesión y polémica

La relación de O’Driscoll con los British & Irish Lions resume bien la mezcla de gloria y dureza que marcó su carrera. Participó en cuatro giras (2001, 2005, 2009 y 2013), algo que muy pocos jugadores han logrado.

  • En 2001, en Australia, firmó uno de los tries más recordados de la historia de los Lions, en el primer test en Brisbane: una carrera en diagonal, con quiebros y cambio de ritmo, que la prensa británica y World Rugby siguen citando como ejemplo de su talento.
  • En 2005, fue nombrado capitán de los Lions para la gira a Nueva Zelanda. En el primer minuto del primer test, un tackle en punta (spear tackle) de Tana Umaga y Keven Mealamu le provocó una luxación de hombro que lo dejó fuera del resto de la serie. La acción no fue sancionada en el campo y generó una polémica que todavía se recuerda como “Speargate”.
  • En 2009, en Sudáfrica, formó una pareja de centros muy influyente con Jamie Roberts, aunque llegó tocado físicamente al final de la gira.
  • En 2013, en Australia, se produjo el último capítulo polémico: el seleccionador Warren Gatland lo dejó fuera del tercer test decisivo, una decisión que generó un debate intenso en Irlanda y en buena parte del entorno del rugby británico.

Pese a estos episodios, el balance de su paso por los Lions es el de una figura central del combinado en la era profesional, tanto por su rendimiento como por su peso simbólico.


El último capítulo: París 2014 y la despedida

El tramo final de la carrera de O’Driscoll estuvo marcado por el desgaste físico, pero también por un alto nivel competitivo. Bajo la dirección de Joe Schmidt, Irlanda encontró un plan de juego estructurado que seguía aprovechando su lectura defensiva y su inteligencia táctica.

Su último Seis Naciones, en 2014, fue también una despedida a la altura de su trayectoria:

  • En su último partido en casa, ante Italia, Irlanda ganó 46–7 y O’Driscoll fue elegido Jugador del Partido.
  • Una semana más tarde, en el Francia 20–22 Irlanda del Stade de France, jugó su último test. La victoria dio a Irlanda el título y cerró su carrera internacional con un segundo campeonato del Seis Naciones.

El propio O’Driscoll reconoció después que no podría haber imaginado un final mejor: debut con impacto en París en 2000 y despedida, también en París, catorce años más tarde, levantando otro título.


El legado: cambiar la mirada sobre Irlanda

Medios como World Rugby, Irish Rugby, The Irish Times o Rugby World coinciden en que Brian O’Driscoll es uno de los mejores centros de todos los tiempos y una figura decisiva en la evolución del rugby moderno. Fue incluido en el World Rugby Hall of Fame en 2016, como reconocimiento a una carrera que combina longevidad, títulos y una influencia duradera.

Su legado puede resumirse en tres ideas:

  1. Elevó el estándar del centro moderno
    Unió defensa, lectura, creatividad en ataque y liderazgo, en un puesto que a menudo se veía solo como canalizador de balones. Su manera de jugar obligó a replantear el perfil del “13” en el rugby internacional.
  2. Cambió la ambición de Irlanda
    Con él como referencia, Irlanda pasó de ser un equipo irregular a una selección habituada a pensar en títulos: Grand Slam, múltiples Triple Crowns, victorias históricas y presencia constante en la parte alta del Seis Naciones.
  3. Ganó respeto más allá de las rivalidades
    Su forma de competir –intensa pero limpia, exigente pero respetuosa– hizo que fuera un jugador respetado y, en muchos casos, querido incluso por aficiones rivales. No es solo un símbolo para Irlanda; es una referencia para todo el hemisferio norte.

La historia reciente del rugby europeo no se entiende sin Brian O’Driscoll. Y la de Irlanda, aún menos: su trayectoria ayudó a cambiar la manera en que el país se ve a sí mismo sobre el campo y la forma en que el resto del mundo mira a la camiseta verde.


Fuentes consultadas

  • World Rugby – Hall of Fame: ficha oficial de Brian O’Driscoll.
  • Irish Rugby (IRFU):
    • “Brian O’Driscoll – His Record-Breaking Run” (2014).
    • Match stats oficiales de Gales–Irlanda 2009 y Francia–Irlanda 2014.
  • Six Nations Rugby:
    • “Player of the Championship – Brian O’Driscoll 2009”.
    • Crónicas de Francia–Irlanda 2014.
  • The Irish Times / The42 / RTÉ Sport:
    • Artículos de aniversario sobre el hat-trick de París 2000 y reportajes sobre su retirada en 2014.
  • RugbyPass / Rugby World:
    • Perfiles históricos y análisis de su papel con Irlanda y los Lions.
  • British & Irish Lions (LionsRugby.com):
    • Resumen de sus cuatro giras y del try de Brisbane 2001.
  • talkSPORT:
    • Cobertura retrospectiva del incidente del spear tackle en 2005 (“Speargate”).

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