Nations Championship y Nations Cup: así funciona la nueva era del rugby internacional

World Rugby reforma el calendario con dos competiciones que cambiarán por completo las ventanas de julio y noviembre

World Rugby ha confirmado la mayor reestructuración del calendario de selecciones en décadas. A partir de 2026, el rugby internacional girará alrededor de dos nuevas competiciones: el Nations Championship, reservado a las potencias del deporte, y la Nations Cup, destinada a las selecciones emergentes. Ambas ocuparán las ventanas oficiales de julio y noviembre en los años sin Copa del Mundo ni gira de los British & Irish Lions, y prometen cambiar tanto el ritmo competitivo como la forma en que las federaciones planifican sus temporadas.

El Nations Championship reunirá a las doce selecciones más fuertes del planeta: los seis equipos del Seis Naciones, los cuatro del hemisferio sur (Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia y Argentina) y dos invitadas de Asia y el Pacífico, Japón y Fiyi. Aunque están divididas en dos grupos por hemisferios, el formato obliga a que en julio las selecciones europeas viajen al sur y en noviembre reciban a sus rivales en Europa. Es una competencia cerrada, anual y con un fin de semana de finales que en 2026 se celebrará en Londres

La Nations Cup, por su parte, agrupará a las selecciones clasificadas para el Mundial 2027 que no pertenecen al primer nivel: Georgia, Portugal, Uruguay, Estados Unidos, Chile y, por supuesto, España, entre otras. Será su ventana anual de competición, algo que muchas de estas federaciones reclamaban desde hace tiempo. Aunque su creación es un avance evidente en cuanto a calendario y visibilidad, la ausencia de un sistema inmediato de ascenso deja claro que el acceso al Nations Championship no será rápido ni sencillo.

El nuevo modelo nace con una idea clara: ordenar el caos de los test internacionales y ofrecer más partidos de nivel. A la vez, abre un debate profundo sobre el futuro del rugby mundial, sobre todo por la separación explícita entre potencias y aspirantes, y por la posibilidad de que futuras finales del torneo principal se disputen fuera de países con tradición ovalada, como Doha. El tiempo dirá si esta reforma fortalece la competitividad global o si, por el contrario, consolida aún más la distancia entre los grandes y quienes intentan alcanzarlos.

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